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José María Tojeira: “Ortega y Murillo han abusado demasiado de su poder, nos equivocamos si creemos que este régimen es eterno o duradero”

La Compañía de Jesús estudia denunciar a la dictadura de Nicaragua ante la Corte Penal Internacional, revela a DESPACHO 505 el portavoz de los jesuitas.

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  • agosto 29, 2023
  • 11:29 PM

La confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) y la cancelación de la personería jurídica de la Compañía de Jesús en Nicaragua podrían llevar a Daniel Ortega y Rosario Murillo a enfrentar su primera demanda ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. “La posibilidad está sobre la mesa”, revela a DESPACHO 505 el teólogo español José María Tojeira, designado portavoz jesuita en la arremetida de la dictadura contra la orden religiosa.

Las dictaduras no son algo desconocido para este religioso. Las ha conocido de cerca y las ha enfrentado para reclamar justicia. El antecedente más cercano es la matanza de seis jesuitas y dos mujeres en El Salvador, en 1989. Su nueva misión, con las diferencias que marca el contexto, no dista mucho de lo peor que tienen los regímenes de este tipo: la violencia, la mentira, la brutalidad y, también, sus debilidades, muchas veces surgidas desde adentro por el traicionero abuso de poder. Ese minado interno que las hace caer ya lo nota en el régimen Ortega-Murillo. 

“El poder es muy traicionero para quienes lo tienen, porque cuanto más poder tienen, más cerca están de la ruina”, dice a DESPACHO 505 vía al explicar también la situación que afronta la orden religiosa en el país, la situación de los colegios que regentan y las medidas que están adoptando en paralelo para limpiar el nombre de esta orden a la que Ortega ha acusado de transgredir las leyes nacionales, ocultando información y sirviendo como refugio de terroristas.

Los jesuitas analizan varias vías para acudir a la justicia internacional y denunciar a la dictadura por los crímenes de lesa humanidad. Si se toma la vía de la Corte Penal, consideran armar una demanda más amplia que incluya a más víctimas de la represión desde abril de 2018 sin dejar de lado el encarcelamiento de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa. 

No buscan solo un llamado de atención internacional a la dictadura, una resolución  más del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos. 

“Hasta ahora, aunque los crímenes están probados no ha habido ningún intento de llevarlo a la Corte Penal Internacional, es un tema que debe pensarse”, explica Tojeria. 

Es una ruta de justicia internacional complicada, puesto que Nicaragua no ha ratificado el Estatuto de Roma, el instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional. 

En esta entrevista con DESPACHO 505 analiza la confiscación de la UCA y su impacto para el país, la situación de los 14 jesuitas que aún quedan en el país y sus perspectivas de continuidad del régimen Ortega Murillo.

Los jesuitas plantean llevar a la justicia internacional a la dictadura por estas acciones contra la Compañía, ¿qué pasos han dado en esa línea?

Esto es un tema de estudio con abogados y con expertos en derechos humanos. Estamos investigando y dialogando. Es un periodo previo de posibilidades, incluso, de unión con otros sectores y grupos. No quisiéramos dejar de lado algunas situaciones como la del obispo Rolando Álvarez y pensar solo en lo nuestro. Estamos configurando las posibles acciones. 

¿Entonces sería una denuncia más generalizada sobre la crisis del país y las violaciones de derechos humanos?

Se está estudiando, pero esa es una posibilidad. Algunos hechos como la represión del 2018 sí pueden ser considerados como crímenes de lesa humanidad. Incluso, estamos estudiando la posibilidad ir al Tribunal Penal Internacional que ya es una dimensión con mucha más fuerza, en cierto sentido, que una recomendación que pueda hacer la ONU o la OEA al Gobierno nicaragüense. 

De concretarse esa demanda ante la Corte Penal Internacional, ¿cuál sería el procedimiento que tomarían? ¿Iría la Compañía de Jesús como demandante o lo harían a través de un Estado?

La demanda la puede hacer cualquier particular, pero tienen que ser víctimas de graves violaciones de derechos humanos o representantes de esas violaciones que sean crímenes de lesa humanidad. Si un fiscal de la Corte Penal Internacional acepta el caso, él lo lleva. Como digo, todo esto está en estudio, pero la posibilidad está sobre la mesa. Yo creo que para eso habría que tener una especie de coalición porque propiamente a la Compañía de Jesús no le han ofendido como han hecho con otras personas víctimas de torturas, homicidios y crímenes de lesa humanidad. La Compañía podría sumarse aportando algunos aspectos de estas arbitrariedades cometidas contra la cultura, el pensamiento, etc. Pero los crímenes de lesa humanidad van en una dirección tal vez un poco más compleja y las víctimas tendrían que estar presentes. 

Los crímenes de lesa humanidad de la dictadura han sido sistematizados por la ONU y por la CIDH, no son algo nuevo, están probados. 

Una cosa es que estén probados y otra cosa es cómo llegar y con quiénes a la Corte Penal Internacional. Eso es algo que hay que pensar y dar los pasos adecuados, no es algo que se improvise. Hasta ahora, aunque los crímenes están probados no ha habido ningún intento de llevarlo a la Corte Penal Internacional, es un tema que debe pensarse.

LA CONFISCACIÓN DE LA UCA

El país supo de la arremetida contra la UCA por filtraciones de funcionarios a varios medios, entre estos DESPACHO 505. ¿Hubo pláticas con el régimen que les dieran esperanzas que pudiera retroceder en la decisión?

No. No solamente no hubo conversaciones, sino que incluso creo que ellos habían preparado las cosas para tener justificaciones no tanto en el caso de la UCA, pero sí en la suspensión de la persona jurídica (de la Compañía de Jesús). Decían que no habíamos presentado la información que había de ser presentada, que no habíamos renovado la junta directiva y en realidad todo lo habíamos hecho. Llegábamos al Ministerio de Gobernación y no nos admitían los papeles sin decir por qué. Llevábamos así tres años y ahora dicen que nos suspenden porque no habíamos presentado los papeles. 

Ellos tal vez querían tenernos amenazados con eso de mantenernos irregulares hasta que, en determinado momento y no sé por qué causa después de suspender la UCA, decidieron también suspender la personería a la Compañía. 

Nos puede decir a cuánto asciende el perjuicio económico de la confiscación más allá de lo material que sabemos que es intangible. ¿Han hecho el cálculo?  

La Universidad Centroamericana es valiosa, evidentemente. Nunca habíamos hecho el cálculo económico de lo que podía costar la universidad porque no nos interesaba dejarla, ni venderla. Hay algunos detalles curiosos: dicen que la UCA tenía una deuda de 10 millones de dólares. Le están llamando deuda a lo que el CNU del 6% (del Presupuesto General de la República) había otorgado a la UCA en los últimos años y eso no es deuda. Por esa razón tal vez a la UCA no le dieron ningún margen de hablar ni de nada, sino que simplemente la suspendieron para evitar que el propio gobierno le devolviera dinero al CNU y para evitar las prestaciones laborales a los posibles despedidos. La Universidad Casimiro Sotelo, como se llama ahora, no es una sucesora de la UCA sino que queda eliminada automáticamente y pierden todas las responsabilidades, el gobierno no las contrae a pesar de que fueron ellos quienes eliminaron la universidad. Pero, evaluar la UCA no lo hemos hecho.

¿Cuánto pierde la sociedad nicaragüense con el cierre de la UCA?

Lo que pierde es una universidad abierta al debate, que trataba de ser fiel a la vocación universitaria de crear conocimiento e impulsar que el conocimiento sea el que rija las relaciones sociales, no el poder físico o las conveniencias de un partido. Pierde una voz importante dentro de una sociedad en la que se le ha impuesto un sistema político totalitario. Quieren imponer su propio pensamiento y no admiten uno diferente. Se pierde toda la acumulación de conocimiento de la propia universidad, el Instituto de Historia lo han decomisado, pero, ¿sabrán cómo usarlo?, ¿lo van a usar bien o mal? Creo que será difícil saber usarlo en un esquema de totalitarismo y de control total de las cosas. Teníamos el mapa solar de Nicaragua, algunas investigaciones sobre moluscos que dirigía el padre Adolfo López de la Fuente.  Todo esto se pierde con esta invasión, el arrebatar las cosas sin mayor preparación creando dificultades a muchos catedráticos y alumnos. Hay un problema realmente dañino para el país.

¿Lograron hacer una copia de su archivo académico digital o todo quedó en manos de la dictadura? Lo pregunto porque hay estudiantes que están solicitando continuación de estudios y titulación a otras universidades jesuitas y temen que no se les entreguen sus notas. 

Estamos tratando de recuperar la documentación. Hay una parte de esa documentación en la nube, pero la verdad que es complicado hacerlo una vez que se han extinguido todas las propiedades y que se les ha entregado —porque así lo exigieron en el decreto— todos los datos de la universidad. Ellos tienen contraseñas, todo… 

LOS JESUITAS SE QUEDAN EN NICARAGUA

¿Cuántos jesuitas hay en Nicaragua actualmente y cuál es su situación? Entiendo que algunos han salido del país. Me pregunto por Adolfo López de la Fuente, sacerdote y científico de 99 años que vivía en la residencia de los jesuitas en Managua, también confiscada. 

Ellos están en el país y directamente no ha habido ningún decreto de expulsión de ningún jesuita (tras la cancelación de la personería jurídica). Pero tenemos el caso del padre José Alberto Idiáquez, anterior rector de la universidad que no le han permitido volver ni obtener su pasaporte y lleva ya dos años exiliado en México. Ha habido alguno que ha salido por algunas amenazas, pero el resto están legalmente. Otros dos han salido, el rector de la UCA porque tenía una situación de salud y salió acompañándolo uno que no sabemos si podrá volver. 

En la actualidad quedan 14 en Nicaragua. El padre Adolfo López de la Fuente le estábamos advirtiendo que se viniera (a El Salvador)  por su edad, pero tiene buena salud dentro de lo que representa su edad. Ellos han pedido que se les deje en Nicaragua mientras puedan estar. 

Padre, usted ha mencionado que los jesuitas permanecerán en Nicaragua salvo que los expulsen. ¿No cree que eso es cuestión de días?

No lo sé, yo creo que si son inteligentes no lo harían porque el cierre de la UCA y la privación de la personalidad jurídica les ha creado una mala propaganda internacional por encima de la que ya tenían. Tener al obispo (Rolando Álvarez) encarcelado es una pésima propaganda para un régimen y lo identifican inmediatamente como uno arbitrario, dictatorial y perseguidor de la libertad de religión y de pensamiento. Ese es uno de los símbolos más escandalosos de la brutalidad en esos campos del gobierno nicaragüense. Creo que seguir abundando en eso es seguir rompiendo las posibilidades de seguir en el poder. 

El poder es muy traicionero para quienes lo tienen, porque cuanto más poder tienen, más cerca están de la ruina. Hemos visto que las dictaduras de América Latina cuanto más duras quieren ser, más pronto caen. 

¿Están tomando medidas en caso de que se materialice la confiscación de los colegios que administran los jesuitas en Nicaragua?

Los colegios es más difícil cerrarlos porque no creo que los quieran hacer públicos y después no los van a poder mantener. La gente está preparada para venga lo que venga. Hay que seguir trabajando, dando clases y teniendo los archivos al día. Están listos para cualquier eventualidad.

LAS DEBILIDADES DE LA DICTADURA

¿Qué impresión tiene de esta dictadura que parece vivir en el siglo XX? 

La impresión es mala. Es una dictadura sumamente arbitraria con dimensiones familiares, con mucho apoyo dentro de los organismos militares, partidaria de la fuerza bruta y sofisticada en algunas medidas que toma. Es muy llamativo que expulsen gente de su propio país, que priven de nacionalidad a las personas, que encarcelen por “terrorismo” y cuando internacionalmente se protesta por el hecho simplemente los echen. 

Es un régimen muy arbitrario con una autoridad muy centralizada en la pareja gobernante, algo que a mi juicio no puede durar mucho porque está muy corrompido. El poder corrompe y el poder tan centralizado corrompe más y eso acaba pudriendo. Creo que no es un régimen que va a durar mucho. 

Guardando las distancias, ¿este régimen supera a los del siglo pasado en Centroamérica?

Los regímenes dictatoriales del siglo pasado en Centroamérica generalmente fueron muy violentos contra el derecho a la vida. Estos se han cuidado un poco más en ese tema —aunque sí han matado gente, especialmente en manifestaciones—. Es un poco distinto presionado por la realidad actual que es más respetuosa con los derechos humanos que en el siglo pasado y eso la mantiene un poco más quieta a la hora de reprimir el derecho a la vida. Solamente cuando sienten que hay manifestaciones que puedan poner en peligro el poder de la pareja, entonces reaccionan como lo que son, personas violentas y agresivas.

El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega (d), y la vicepresidenta, Rosario Murillo (i), en una fotografía de archivo. EFE/Jorge Torres

En ese sentido, usted ha advertido que un mayor control puede llevar a estallidos internos, ¿ve un debilitamiento cercano de la dictadura?

Creo que tanto autoritarismo y tanta gente afectada va creando una especie de pies de barro de la dictadura. Dentro de todos estos grupos hay personas que son familiares que tienen fuerza e importancia dentro del país y que indudablemente tal vez no manifiesten su protesta porque están en puestos importantes, pero empiezan a sentirse incómodos con ese poder tan absoluto y arbitrario. Eso pasa en todas las dictaduras, reprimen a sus propios partidarios cuando sospechan que no son fieles y eso deja una grieta dentro del poder. 

Creo que estos (Ortega y Murillo) han abusado demasiado de su poder y se van creando grietas y la pregunta es ¿cuándo van esas grietas a estallar? Este régimen por más que aparezca como muy sólido, nos equivocamos si creemos que es eterno o duradero. 

Por último, ¿qué mensaje envían al pueblo de Nicaragua?

Tengan confianza en su propia riqueza. El pueblo nicaragüense desplazó a Somoza en su momento. Yo creo que el pueblo nicaragüense tiene unas cualidades de alegría, resistencia y de mantenerse fiel a sus valores que tarde o temprano va lograr que esta gente se vaya; no es un pueblo que le guste estar oprimido, aplastado y sometido a una dictadura. Estos han llevado el espíritu arbitrario del poder a un máximo de manera que tengan ánimo, sigan resistiendo y verán que las cosas van a caminar. El pueblo nicaragüense va a crecer mientras la dictadura se deteriora.

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